jueves, 28 de enero de 2010

ARCILLA Y MOLDES/Cuentos


FEROMONAS
Fuera del hormiguero...Estaba atrapada. TODO PARECÍA haber TERMINADO, solo recuerdo ver volar mariposas con lunares, cuando empecé a caminar sobre arena movediza, mi cuerpo empezó a temblar y me sentía Ahogada y cansada, las piernas ya no me respondían, no podían subir, el agotamiento era total, me faltaban las fuerzas, era casi imposible continuar moviendo las piernas circularmente para no dejarme tragar, ya nada podía hacer. La luz del día se estaba apagando lentamente cuando la voz de un niño negro me acerco unas planticas de tomillo y de genciana, y me dijo ... las mariposas depositan aquí sus huevos,... ¿y a mi que me importa? ¿pensé? estoy moribunda.... El niño insistió, coma de estas matas, en tres semanas aparecerán las hormigas, coma todos los días y vera como atrae a las hormiga, me estoy enloqueciendo, para que quiero hormiga me pregunte, si estoy sumida en la angustia y el terror. La vida pidiéndome auxilio me exigió empezar a comer, y comer de esas matas.
Supongo que habían pasado las tres semanas, porque en ese estado de agonía en que me encontraba, mis feromonas empezaron a segregar unos jugos azucarados por mis axilas y mis genitales, yo sentía como fluía en mí esa sustancia, sentía el dulce, y empecé a oler a las hormigas, era como si todo mi cuerpo las estuviera llamando. Era como tejer hilos de seda, que empezaban a atraparlas sin que tuviera que hacer ningún esfuerzo, era un tejido de olores, empecé a olfatear a la colonia, yo sentía pertenecer a ellas; ya no era intrusa había hermandad por la fragancia; en menos de dos horas, millares de hormigas me sacaban de las arenas movedizas donde había caído y me mantenía flotando, todas me creían hormiga, me trataban como si fuera una de las suyas, y las obreras me cubrían con la seda que hilaban sus larvas.
Sentía estar muriendo en el hormiguero, y empecé a secretar una sustancia olorosa que lo anunciaba, este hecho desencadeno las señales de alarma entre los habitantes de la colonia y hubo dispersión. Era el momento de ser expulsada y acareada por la hormiga sepulturera hasta el basurero; recuerdo esos momentos, todo parecía diferente, empecé a padecer de sueño, mi cuerpo recobro la lasitud de ese día cuando las hormigas me liberaron de las arenas movedizas y me obligue a hilvanar mi sueño hasta llegar a la profundidad, es lo único que puedo traer hasta mi memoria....

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