DESPERTARES
Por eso habían
fijado la fecha para la boda.
Ella nunca
lo había amado, simplemente necesita tener sexo prohibido, a escondidas.
Era su
delirio y obsesión.
Nadie lo
había visto en su único acto de valentía, que fue quitarle la argolla de su
dedo y dejarla sobre el banco del parque.
Llovía
como nunca había llovido, las calles estaban anegadas, y los pies cansados de
nadar sobre el frio asfalto, tenía que soportar la briza pesada y gélida de esa
madrugada. No conocía los sueños, ni las pesadillas, no sabía lo que era
dormir, siempre despierto, nunca sus ojos se cerraban para descansar, su
obligación era permanecer despierto, siempre despierto y para eso lo habían
contratado; por eso esa mañana de lluvia lo llevaron para que contara lo
sucedido, era el único que sabía lo sucedido… solo afirmó que la única persona
que había visto era al viejo de la barba único visitante de todas las noches
desde que él cuidaba la mansión.
Nadie
nunca sospecho quien la había matado...finalmente, condenaron al viejo que se
había enloquecido por amor y no dejaba de narrar la historia del periódico,
donde se contaba la forma como había sido encontrada, y para la mala fortuna
dice el celador llevaba puesto la argolla que le pertenecía a Ella, según lo
declaro el hombre con quien se iba a casar.
Él, quedo
libre de toda sospecha, pero no puedo dormir ni en la noche, ni en el día nunca
más.
Las noches
no volvieron a ser como eran entonces, cuando Ella lo dejaba entrar
silenciosamente en su cuerpo.
Desde
entonces no lo abandonaron las pesadillas y el insomnio permanente.
Nadie creyó
que Él por amor la había matado, lo que se aseguraba fue que la falta de sueño
lo obligo a tener alucinaciones que lo perseguían.