JAQUE
Caminaba, siempre alegre,
nunca había perdido en ajedrez, por eso mantenía el dominio del pueblo. Pero
todo cambio cuando llegaron ellos los ganadores del juego, y allá estaba Ella
como siempre, feliz, y hermosa, porque la belleza es cuestión de gustos, y a Él,
le gustaba así como era, gorda, con gafas gruesas, y llenita de sueños.
Todos los días al empezar
lo decía a voz en cuello, yo gano porque Ella es mi mara.
Entonces Ellos, acostumbrados
a no perder se la llevaron, la dejaron embarazada y al nacer la niña, Ella
murió y el campeón de ajedrez hasta su muerte nunca más volvió a jugar.
Pasaron los años, el tablero
de ajedrez permaneció bajo el dominio de los usurpadores cono los llamaban en
las calles, hasta cuando llego Ella, la
niña de la sombra como la apodaron. Todo comenzó de nuevo, volvió a haber
campeón del barrio; su meta era ganar, ganar, ganar y ganar... Era todo un
torbellino, nadie podía creerlo. Se parece a su padre, decían en las esquinas. Era
silenciosa e inteligente, pero fea como su madre, decía la gente, e igualmente
llena de sueños.
La diferencia era que
llevaba en la sangre el juego del rey, la reina, el alfil, el caballo y su mara
era su madre...Siempre ganaba, nadie podía quitarle la corona, entonces
envejeció y quedo sola en el salón, y las interminables filas que se hacían con
personas de todo el mundo fueron desapareciendo, ya nadie jugaba con Ella.
Nadie volvió a tocar el
tablero de blanco y negro en el pueblo después de su muerte, todos dijeron que
estaba maldita...