sábado, 4 de julio de 2009

ARCILLA Y MOLDE


JAQUE

Caminaba, siempre alegre, nunca había perdido en ajedrez, por eso mantenía el dominio del pueblo. Pero todo cambio cuando llegaron ellos los ganadores del juego, y allá estaba Ella como siempre, feliz, y hermosa, porque la belleza es cuestión de gustos, y a Él, le gustaba así como era, gorda, con gafas gruesas, y llenita de sueños.
Todos los días al empezar lo decía a voz en cuello, yo gano porque Ella es mi mara.
Entonces Ellos, acostumbrados a no perder se la llevaron, la dejaron embarazada y al nacer la niña, Ella murió y el campeón de ajedrez hasta su muerte nunca más volvió a jugar.
Pasaron los años, el tablero de ajedrez permaneció bajo el dominio de los usurpadores cono los llamaban en las calles,  hasta cuando llego Ella, la niña de la sombra como la apodaron. Todo comenzó de nuevo, volvió a haber campeón del barrio; su meta era ganar, ganar, ganar y ganar... Era todo un torbellino, nadie podía creerlo. Se parece a su padre, decían en las esquinas. Era silenciosa e inteligente, pero fea como su madre, decía la gente, e igualmente llena de sueños.
La diferencia era que llevaba en la sangre el juego del rey, la reina, el alfil, el caballo y su mara era su madre...Siempre ganaba, nadie podía quitarle la corona, entonces envejeció y quedo sola en el salón, y las interminables filas que se hacían con personas de todo el mundo fueron desapareciendo, ya nadie jugaba con Ella.
Nadie volvió a tocar el tablero de blanco y negro en el pueblo después de su muerte, todos dijeron que estaba maldita...

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