viernes, 5 de febrero de 2010


EL JUGADOR

El azar y la necesidad había sido su carta ganadadora. Empezado a jugar desde que tenia uso de razón Sus pies lo arrastraban y lo detenían en los pueblos que la pirinola escogia. Quitar, poner o tomar era el juego, era su pasión.
Llego al pueblo de los Sauces y los convoco en la plaza central, les explico una forma fácil como ganar dinero y divertirse a la vez. Uno a uno los fue escuchando y tomando la lección, frente a una cerveza fría que Él pagaba. Todos estaban encantados con el visitante que les alegraba la vida. Cada jugador hacia girar la perinola, que era el nombre del juego, y el visitante leía la cara. Todos estaban recreándose con el juego de las seis caras que no dejaba de parar, las apuestas iban creciendo y todos ganaban y perdían, hasta ese día en que la pasión del juego se apodero de toda la población de los sauces, todos tomaban, quitaban y ponían, giraba la perinola, día, mañana y noche, la gente estaba enajenada. Dicen lo que estuvieron que la pirinola estaba embrujada, todos se peleaban por el turno, querian hacerla girar, y aunque solamente caía en una sola de sus caras que decía, todos ponen, se aferraban a los días y las noches, poniendo...... Eran ya millones de pesos sobre la mesa. Estaban embueltos en la obsesion por ganarlo todo. Ha cada instante crecía la espectativa, ahora, el turno era para el visitante... El silencio se rompio con la voz de jubilo que grito... TOME TODO. Y como un hilo conductor de asombro todos callaron.... Esta escrito repitió, que tome todo. En el pueblo, Él era el único que sabia leer.

Seguidores