domingo, 19 de septiembre de 2010

INVERNADERO

MEMORIAS
1085 MARÍAS DE LA MAR










No se si es el cansancio del
amor cotidiano,
o el laberinto de los vientos de
Agosto,
o la impresion de sus manos
en las sombras de
mi piel humeda,
pero tengo que repetirlo,
hay días donde su cuerpo
construye túneles en mi vientre,
entonces quedo quieta,
como si todo estuviera en invernadero
y pienso:
si tan solo fueran sus
labios los responsables
o el color de su piel
o sus ojos
o el color de su pelo,
no abria problema.
Pero...en este nuevo sentimiento
de arco iris y golosa,
como me gusta rosarlo
con mis ojos,
caminar sobre sus andenes
de callejuelas antiguas,
ocupadas por  tardes de papel,
besarlo con mis labios sin pintura,
distraerlo con mi sombra
de medio día
y recorrerlo callada,
muda,
en completo silencio,
cuando le siento
distraido,
totalmene distante
de mi cuerpo de chorro de agua,
de mis ojos y de mis manos,
en ese momento
en que no éxito, estoy totalmente
pendiente de su
cuerpo de nube y lluvia
y empiezo a sentirme
campo, rio,
quebrada, torbellino
y pelota de playa...
...  Lo se de memoria,
no me reconoce,
solo yo, soy dueña de mis espejismos
y de los
vientos planetarios;
entonces,  los círculos polares
me dejan
seguirlo, sin hablarle,
atrapado entre telares,
y vasijas de barro,
totalmente distante
de mi puerta de entrada,
SIN LLAVES NI SEGUROS,
desnudo la noche,
recorriendo
la punta del amanecer
y me detengo para dejarlo
entrar, en silencio, callado,
como si nada estuviera
pasando en este
tiempo de invernadero.

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