miércoles, 10 de noviembre de 2010

ARCILLA Y MOLDE

SALADARES
Todo lo supo el día que las ventanas de la casa se cerraron, no quería regresar jamas, lo había decidido, estaba dispuesto no dar marcha atrás a su firme propósito de olvidarlo todo. Los recuerdos estaban deteniendolo, la partida le dolía sintiendo la inmensa necesidad de regresar, pensaba en su amor, lo dijo en ese profundo silencio que se apodera de la sangre y la hace sentir, caminar, galopar, se presiente la vida. Por un momento se detuvo y fue conciente de haberla dejado, se encontro desnudo de sus soledades. Se repitió... Sera posible que mis celos y  angustias estén disfrazando mis dolores,  mis debilidades, estaré inventando historias y fantasmas, Ella dice quererme desde niños, pero yo, no siento que sea verdad, mi piel la lee y la memoria de mis ojos la recuerdan siempre ausente, solo escucho sus palabra y frases de amor, pero su cuerpo, su cuerpo siempre esta distraído. Sin embargo  sus deseos de papel carbón lo obligaron a regresar, si, Él resolvió volver a pesar de todo... La vio desnuda y jadeando sobre  el cuerpo de ese hombre desconocido. Ahora lo reconocía, era él quien siempre la había poseído, quien se la había llevado,  lo supo ese día en la noche. Entonces el tiempo se encogio en su cuerpo y  volver a partir.

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