MOLDE Y ARCILLA

LA ESPERA

Ahora tenia 72 años, piel negra como el carbón, y no media mas de 1.50 Mts de altura, llevaba sobre sus pies pequeños un cuerpo cansado desde siempre, nunca se le conoció novio o amante y su única obsesión era conocerlo. Esa tarde de noviembre fue la ultima vez que timbro y quedo esperando que abrieran el portón. Después de ese día, se acostó y no volvió a contestar el teléfono.

La puera dividia el saguan del resto de la casa. No entendía porque lo negaban.  Esas mujeres no la querían, era su única explicación. Siempre la misma respuesta.
Le extrañaba que ese señor que vivía con ellas le fuera tan desagradable a todos en el barrio, porque le sentían miedo, decían que tenia una juventud y  una mirada apagada, que su cuerpo encobrado y demasiado delgado  les provocaba ansiedad, -¿Quien quisiera tener alguna relación con un ser como ese hombre amarrado y sin sueños? Sin embargo Ella lo soñaba, lo sentía diferente, alguna vez quiso hablarle pero Él le cerro la puerta diciéndole que no volviera, que el jamas iba ha salir a su encuentro.

Arrendó una habitación en la casa contigua y llamo  a la puerta hasta el día en que se tomo la decisión de morirse. Al sepelio llego el único hombre que muy pocas veces abrió las puertas de la casa y durante los ultimos ocho años le había visto siempre pintando. Pago todos los gastos funerarios. -Una voz quieta le dijo: Pero ella siempre lo estuvo buscando durante años, se sentó en esta silla y  vigilada continuamente, sabia que la única manera de reconocerlo era por el timbre de su voz, entonces como fue que nadie lo vio acercarse jamas a Ella. Era imposible que alguien me reconociera, la foto que le envié por Internet no era la mía, por esa razón ella nunca me reconoció. Pero... era ciega... ¿Que? Si era ciega... Hubo un largo silencio y Dijo: Me alegro que me allá amado. Siempre me espero, le vasto oír mi voz por teléfono. Yo también la ame...... Le devolvieron el dinero porque todo estaba pago y había dejado una gran fortuna para el hombre de la fotografía.