sábado, 15 de enero de 2011

ARCILLA Y MOLDE

UNO
Creció solo en el barrio y si por algo lo recordaban, era por su forma apasionada de jugar fútbol. Ahora que lo volvían a ver lo sentían totalmente diferente. Se había perdido en la ciudad y su inocencia ya no existía, tenia 15 años y un mundo cansado de su presencia. En su pueblo todos se habían olvidado realmente de Èl, solo la historia dejaba ver la vieja y olvidada casa del pueblo, contando de un padre borracho, una madre de cantina  y un niño mendigando en las esquinas, esto era lo que acompañaba la memoria de todos.
Hoy cuando lo ven de regreso parecía otra persona, lo reconocieron por la forma de jugar fútbol, solo  Él podía  hacer ese gol, todas las ventanas se abrieron para verlo como entonces.  Cuentan los que lo vieron que el responsable de esa muerte, era Èl,  esa tarde después de la seis de la tarde lo espero sentado en la mesa del café y le señalo que debía pagar la deuda.
A las 9 de la noche sonaron los disparos y  no se le volvió a ver en el pueblo.

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