lunes, 24 de enero de 2011

INVERNADERO

ECOS DE PAPEL
Es sábado,  tarde de espera,
campanas, voces cantantes,
y  vasos de agua de papel.
Es un sábado
con mi permisos o sin mi permiso
se cuela en mi piel de lecciones
nada diferente a lo de siempre,
clases de baile de salsa,
recortes de revista,
molinos de viento y
sancho pansas de madera
jugando a ser estatuas
para la memoria,
de repente y como siempre
se escriben, frases que resbalan
y voces indiscretas tejiendo ecos
que se atreven a repetirlo:
como te estoy amando,
como te amo,
te deseo,
como quisiera que me amaras,
que me besaras,
como deseo tu cuerpo,
tu alma,
tu amor,
en fin, como deseo desvestir
tu alma,
mis manos te están recorriendo
tan despacio como lo hiciera
el pianista sobre las teclas
de su locura de fantasía,
entonces el eco en el silencio
repite....
... Te amo, te amo, te amo
pero como te amo,
como podría decirte que
te amo,
y vuelvo a pensate y me dijo:
en verdad, si te viera aparecer moría de amor,
dejaría de ser puerta de salida
y me volvería cuarto de encuentro,
me siento y me dijo, despacio y en
silencio,
te amo desnudo y vestido,
al son del bongo y su percusión
deambulando entre mis pies y tus piernas,
recordándole a mi piel que
en fin de cuentas nada diferente a lo de siempre
me esta pasando este sábado de
figuras de papel, calor y fuego.
TE AMO
entre voces del campanario
y el declinar de la tarde.

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