miércoles, 4 de enero de 2012

LAPISLÁZULI -PARTE II ( Invernadero) -

ESTO DE LAS CLASES
Aquí, desde las ventanas, plagio
tus brazos  y
presiento que hacemos parte de
las estaciones de Vivaldi,  cuando
caen hojas sobre los
amores de ciudades, casas y edificios
abarrotados.
Desde este punto triangular se refleja en el aire
el ruido del trasporte urbano, naciendo de planes
de desarrollo,
calles asfaltadas y avenidas invadiendo
cuerpos ajenos en el camino,
perdidos en el desencuentro.
Desde el borde del cristal,
se pegan esos amores citadinos,
anegados por el cansancio con olor
a madrugadas, y tarjetas de control
de llegada,
se oyen pies cargados por el peso del zapato
económico,
y se remiendan recuerdos apostados en el vértice
de cada cuerpo.
Desde este punto, se atrapa  la mano para el pasaje;
entonces las imagenes juegan a ser un amor
proletario, de clase media, de esos
que sueñan con un Ferrari SA Aperta,
y evocan  revistas de arenas, y agua saladas,
desnuda en una hoja
de papel café de tienda de barrio.
Pero en todo caso, en ese quehacer
de ciudad de industria y humo de
carrilera,
donde se vende la papa y el tomate,
ese, común  y corriente,
no el trasgénico, el perfecto...
La fatiga de la tarea reposa
en esos brazos morenos, cobijados
por el sudor. Y no pensemos, que  por esto
 dejan de ser amores,
amores que se reclaman y se dejan seducir,
amores que se desnudan en el tiempo
y se tocan con la sola mirada.
Ellos se calman con la voz ajetreada
del amado sobre la tiza y la pizarra.
lo curioso es que se toman de la mano y
no se envían fotos por el ipod y por el ipad,
y en estos amores de plaza de marcado
sin supermercados de bolsas plásticas,
se mueven paisajes y cuerpos
con  recuerdo de pala y pica,
olores a llegadas y despedidas agitadas,
y pienso que lo que quiero decir,
coce infancia, gestación y abrazos
hechos de infinidad de brazos y manos,
tomando el borde de infinidad de tonalidades,
sentadas en la cintura de ventanal
y del teatro, y quisiera hablar ahora
de opera y música,
de la ventana tragaluz construida en el techo
de mi casa de ciudad,
y de las gentes hechas con tierra colombiana,
y quedo silenciosa siendo cuerda de quitara
desde donde observo venir una objeción
hecha protesta y me dijo, es mejor
que todo
quede claro, que mi propósito
es:
Con el recorrido por lo cotidiano,
los días y las miradas
de color, fotografiar y filmar
calles y pasodobles bailando
con el eco de fiesta, que
me permita resumir
tu cuerpo, el de Él, aquel que ahora amo,
ese de ciudad rural y
manecillas de reloj, prendido
en la ultima curva
de mi mano de carne y hueso.
Si te amo, bueno quiero decir lo amo.
Su cuerpo tropical
visitante proletario de mis calles,
edificios y transporte de monedas,
es en este momento,  recuerdo que  huele a
desnudez de  museo de arte,
y tu recuerdo, dijo, el de ÉL, es también mi rostro
y mis años de tambor de hojalata.
Eso era todo, una simple declaracion
de amor desde mi ventana
de ciudad.

LAPISLÁZULI -PARTE II ( Invernadero) -

DIAGRAMA
Y lo curioso de este día, es que
QUIERO DECIRTE:

Eres como la montaña rasguñada
donde resbala lava blanca
con puntas anidadas.
....Pero antes de seguir adelante

quiero que sepas que te
AMO.
Y  no me es extraño contarte

que hay ciudades grandes y pequeñas,
padres, madres e hijos
que se engendran, nacen o se abortan,
que hay arboles, ríos, avenidas y
lluvia ácida, y
que hay noches atrapadas en la neblina.
Que existe una hora oficial,
y silencios rasgados por las notas
musicales  de tu cuerpo
de medio día.
Pero,  me es difícil descubrirte
en las ciudades
atrapadas en secretos y calles escondidas,
con vida nocturna
y días clandestinos.
Por eso quiero dejar impreso
en el brillo de tus ojos
la lectura del mi nacimiento,
nací para tu desinformación en el siglo xx
y vi tus pies desnudos en el sonido mágico
de un transeúnte cualquiera del siglo xxi,
fue al cruzar la
calle atrapada por el polvo de la arenas
del mes de enero, en esta tierra
tropical. Y me detuve, y te atrape,
y empece a caminar detrás de tu sombra,
y AHORA si vuelvo a tras
después que muera en el siglo xxi,
QUIERO desprender de la margarita
sus pétalos, de me quiere, mucho, poquito
o nada, descociendo tu corazón de
niño mendigo de,
lamentos y manos pordioseras.
Al llegar a este punto te tejo
refugio y trinchera,
pasa montañas y neblina de páramo,
y de repente te veo bolsillos de
niño caminante descubriendo en el
sonido mis
ojos y mi cuerpo de playa desnuda.
Y conviene decirlo, con la voz del lápiz,
que hoy  las ciudades GUARDAN secretos
escondidos,
getos y PIRÁMIDES donde nada les pertenece,
donde mi amor es tan extraño
como lo son los muertos en tierras lejanas.
Ahora bien,
De lo que llevo dicho hasta ahora,
puedo concluir:
los cielos y las flores, los tiempos
y las distancias siguen tejiendo
con hielo polar
manos de carpintero y viejas artesanías,
tu corazón   forastero, sin camisa, y
sueños divididos en PALABRAS e hilos
de colores,  permanece oculto entre
mis vestidos, cerca al tobillo y
cubiertos por mi piel blanca.
Pero debo advertirte, que
estoy al frente, buscando
huecos negros para sobrevolar
la tormenta, y la idea es que sepas...
que te amoooooooooooooo,
bueno, te espero, en la calle
de al frente lo repito, por donde nunca
pasaras según mi diagrama de flujo.

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