jueves, 23 de enero de 2014

PASTILLAS PARA LA TRISTEZA INVERNADERO III

TRANSBORDO
En la sala de espera de mi existencia
quise hacer transbordo,
quise despedirme de los renglones de su vida,
y mi cuerpo de terminal quiso inaugurar
nuevos despertares entreabriendo puertas y ventanas.
Deje colar por las rendijas oxidadas de mi existencia,
entre dos, tres o mas amores de colores
y alcance a sentirme desvestida entre la penumbra
 y el fuego de las luces artificiales.
Las pasiones disputaban fidelidades de continentes
y países, veredas y ciudades,
ellas se desnudan y quedan huérfanas
entre corredores y avisos publicitarios
que motivan a la aventura.
Quise dejarlo caminar de espaldas
a los sueños y de las manos destapadas,
agonizantes, mudas, sentadas en el
borde de cualquier ventanal sin ojos,
sin labios, sin voz y sin reclamos.
Deje a la existencia sin sombras ni espejos,
solamente la incertidumbre
de los dolores clandestinos y las
angustian de la sala de espera adherida
entre bostezos y lapices.
Ese día de embarcaciones pequeñas
quedaron solos los andenes de aguas profundas.
Adrede le arrebate los recuerdos a mi piel,
los archive en la despensa de los viejos pobladores
donde las aguas lluvias inundan mis llanuras;
no había historia, nadie me contaba de su
existencia, y recordé octubre y noviembre
época de sequía para
endosar su existencia al mejor postor.
Logre olvidarle por mas de un segundo
y fue entonces cuando su cuerpo a pie
se inclino en movimiento circular sobre mi cuerpo
y fue solo hasta entonces, cuando solo quise
cambiar de sala de espera...
MARIAS DE LA MARO 2014 PROPIEDAD PRIVADA

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