COMETAS DE ARENA DE MAR

ANTAGONISMO

Camino despierta entre  sombras,
y recuerdos de retazos que murmuran.
Estoy empezando a amarte.
Camino los día que me abrazan  uno detrás del otro
ahogando mi garganta.
Estoy  huyendole a las historias de cada día.
Estoy dejando al tiempo huérfano de emociones
de  sueños y  pasiones,
dejo que se atropellen los amaneceres, las tardes
y las luces de las noches se ahogan con la luz del alba.
No hay espacio para los payasos y las ilusiones.
Es una espera interminable de días que se persiguen unos a otros.
Es el sonido de un tic tac sin tiempo redimible.
Es la cotidianidad prendida de los miedos
 y los sueños amordazados.
Es su cuerpo deambulando ante mis ojos.
Es una mirada dispersa y ajena
recorriendo su cuerpo y no el mio.
Son los atardeceres bordados con los minutos
de un tiempo ajeno a mis ruidos.
Estoy perdida  en medio de las arenas del desierto.
Eres tu, hambruna de sentimientos y emociones
entrelazadas con los programas de televisión
y esas historias de amor enfermizas
que me han arrebatado el deseo y la esperanza.
Soy un cuerpo y unos labios ausentes,
soy diario cotidiano y  noticia trasnochada
besando y despeinando
mi cuerpo de  molino de viento.
Soy todos los días, años meses y las semanas
en este trópico sin estaciones y hojas de otoño,
Soy hilandera del olor de su paso al vientre de mi habitación.
Soy rió húmedo por la ausencia de sus caricias,
en este tiempo sin encuentros y miradas.
Hoy se refunden los arboles y sus hojas de infinidad de colores.
Hoy caen a un vaso de agua transparente notas musicales.
Hoy esta teñido por piedras de colores que nadan la distancia de nuestros cuerpos.
Hoy dibujo infinidad de delfines rosados con tu nombre.
Hoy navego el amazonas que bordea con hilos de plata mi desnudez.
Hoy tu cuerpo ondulante abraza el olvido de mis ojos.
Soy ahora las calles y las avenidas que reclaman su presencia.
Soy mis silencios   perennes atrapados por el aburrimiento.
Soy  el astio que me produce mi cuerpo desmoronado.
Soy en este instante cuenta de cobro a  pagar por un  teléfono que no responde.
Soy nudo que  siente  la entrada a un  triangulo
abigarrado de imágenes que anuncia  a los recuerdos
que desde  un instante cualquiera  nunca volvió a contestar.