viernes, 23 de marzo de 2018

LA CALLE DEL SILENCIO

PROPENSIÓN
Lo traigo recostado en el jardín de las margaritas
de los espejos y en la memoria.
Lo atrapo con mi voz impaciente entre fantasmas
y me atrevo a decirle no me espere
hoy no es necesario.
Lo traigo y lo abandono  a la batalla
de estos sentidos míos atrapados
en la predilección de imaginarlo
caminando en busca del próximo encuentro,
queriendo que pueda
traspasar espacios de preferencia
que atrapan mi cuerpo atragantado
de caricias que quieren salir
corriendo al encuentro de sus espacios privados.
Ahora todo es nuevo,
hasta los miedos le tienen miedo al miedo.
Esta imparcialidad en los encuentros de retazos
hila miradas perdidas entre murmullos,
hace parte de este laberinto
llenos de lugares
donde no toco su apetitosa piel,
donde solo existe el tiempo de las horas cumplidas
y puedo huir sintiendo
que a pesar de todo logre
escribir poemas de verano y hojas de otoño
que recogen su olor y nos seducimos
entre bambalinas.
Y entonces enviciada por su fragancia
siento como
me gusto recorrerlo desde sus entrañas,
como
me gusto sentirlo a la hora del desayuno,
y sobre todo como me gusto poder
despedirme para siempre
cuando yo lo elija.
Mientras tanto es mejor continuar...

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