viernes, 20 de abril de 2018

LA CALLE DEL SILENCIO

AVIVA
Hoy no me diga que no,
tengo deseos por recorrer las calles de esta ciudad
para  poder encontrarlo en esos días dedicados a la soledad.
Quiero llegar  hasta su camisa de cuadros azules
alejada de la formalidad de la corbata.
Quiero llegar en su compañía del día y la tarde hasta la noche.
Quiero que diga que si,
no le diga que no a la entrada  de la noche tomados de las manos.
Hoy no me diga que no,
hoy descansan los cansancios
y esa pesadez acompañada de nauseas
esta detenida a la entrada de otros días.
Mi cuerpo lo necesita para cruzar
la esquina de los encuentros dibujados en la pizarra de nuestra existencia.
No me diga que no, solo
elija la calle que hemos de recorrer,
los almacenes donde quiero comprar
blusas que no existen y zapatos que no necesito,
pero acompáñeme y en tanto hablamos
de canciones  y de aquello que nos empalaga el alma,
inventamos historias y decimos bobadas que
precisamente hoy nos harán reír.
Le propongo ahora que ha dicho que si: robarle un beso a la luna
si la encontramos de  camino  hacia el pasaje rivas
o esta dejándose pintar por un poeta entre las calles de la candelaria.
Recorramos  estas casas dedicadas a la historia de la ciudad
atrapadas entre los miedos de los caminantes.
Y si quiere podemos pedirle un deseo
sentadaella en la plazoleta del chorro de Quevedo.
Y si quiere reconstruimos los sueños arrinconados
en sus calles y les presentamos los nuestro
para si algún día después de estos días nos queremos encontrar.

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