NOTAR
Aun no habia pasado el tren por la estacion
y el abrazo de su cuerpo estaba pegado
en el silencio de la ciudad que descansaba
bajo sus pies agobiados.
La habia amado desde cuando abria la puerta
para ir al colegio con su pelo rojo despeinado,
y su sonrisa que desnudaba el mundo.
Le gustaba jugar a las escondidas y al juego de las canicas,
y en una mañana de lluvia, lo beso,
salio corriendo como cuando se jugaba a soldados libertados
diciendole que le amaba.
Solo tenian 7 años y un hueco de mariposas
en su barriga.
La amaba desde el tiempo de las cometas.
Estaba acostubrado a levantarse temprano,
a desayunar huevo tibio con calao y caldo,
abrir la ventana de su cuarto mientras
el frio de la mañana besaba su cuerpo desnudo
y Ella le murmuraba que aun habia tiempo.
Amaba sacar de su cama entre sus brazos a su hijo
y dejarlo sonambulo de sueño entre sus sabanas.
Todo tan en orden, tan de sus entrañas
que ahora que Ella se
habia ido para siempre,
no sabia que hacer
con los dias que le faltaban por vivir.
