sábado, 27 de noviembre de 2010

ARCILLA Y MOLDE

EL CARTERO
Nadie escribia en el pueblo hasta cuando el dueño del viejo caseron llevo personalmente a todos  la invitacion a su boda. De esta clase de seremonias se desconocia todo,  no se sabia que hacer ni como hacerlo,  por tal  razon se hizo urgente contratar un cartero que recogiera la infinita cantidad de correspondencia  que empezaba a acumularse en sillas, mesas, armarios, mesitas de noche y  cuartos de sanalejo de todas las casas; se habia escrito  desde cartas de amor hasta solicitudes de meseros, niñeras, adornos, revistas de peinados y maquillaje, el pueblo entero estaba formando parte de los detalles de la boda, todos esperaban verla llegar, sin embargo pasaban los dias y esto no sucedia. La novia esperaba el regreso o la carta de la cita, Èl la habia dejado sola en la buhardilla, no se habia cumplido la promesa hecha en el viejo arroyo, sin embargo Ella lo espero, todos los dias, estaba esperanzada en verlo llegar, asi pasaron los dias en su rostro envejecido por el tiempo. Èl tambien habia envejecido y la esperaba sentada a la entrada de la casa, no entendia que habia podido suceder, infinidad de cartas enmudecidas por el silencio, dias incansables de trabajo y sueños  refundidos en el tiempo, viejas mesas y sillas le pertenecia al lugar donde debian envejecer y Ella no regresaba, no entendia que habia pasado.
El dia que murio el cartero todos en el publo se enteraron que no sabia leer ni escribir.

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