sábado, 3 de noviembre de 2018

POR UNA NOCHE

ANTOJO
No diga nada.
Déjeme imaginar.
Déjeme sospechar.
Déjeme creer que sus ojos me miran
y que sus labios me desean.
Pero no diga nada.
Déjeme pintar con sus silencios mis fantasmas.
Déjeme soñar que me espera
que adelanta las manecillas del reloj
solo con la esperanza de encontrarme al otro día.
No, por favor no diga nada.
No me diga  lo que quiero oír.
No, perdería la razón.
Mi cuerpo se derrite y mis manos
se enloquecen buscándolo en las calles de mi ciudad.
No, no quiero oírlo.
No, porque si lo que tiene que decirme
no es lo que sospecho...
Entonces, estoy segura, muy segura
que en ese mismo instante, el loco
reloj de mi existencia, se pararía para siempre.

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