martes, 3 de septiembre de 2019

BAMBALINAS


PROHIBICIÓN
Si me lo propones.
Cuando decida amarte me recomiendo:
no permitirme hacerlo sino a contrapuerta,
con  ventanas,
cortina y persianas corridas.
Tendré que encontrarte a puerta cerrada
sin zaguanes ni patios a la calle.
No puedo dejar de ser aposento de sustantivos.
No soy capaz.
Hay miedos de mimbre y cobardías en convalecencia.  
A puerta cerrada es posible que me atreva.
Que me arriesgue a desnudarme sin mucho ruido
en medio de ese silencio encogido
que nos deja olvidar las esquinas y los triángulos.
Puede ser entonces que me anime.
Pero todo a puerta cerrada.
Es probable que me desborde de escombros
y quede libre
para andar esa tierra con vientre tembloroso, e historias
que se apoderan de las llanurasy en sus
vertientes y hondonadas te encuentre desabrigado entre mis deseos.
Pero sin olvidar que lo intentaría a portón cerrado.
Si.
No sería capaz de amarte con puertas abiertas.
No podría a sí mi cuerpo en clausura
lo suplique entre apetencias y antojos.
A si mi manos incomunicadas me obliguen a enredarme entre
el calendario de tus manos y las mías.
Así encuentre vehementes ofertas y descuentos en la línea
de tus ojos y la comisura de tus labios.
Así me obligue a no encontrarte en mi carretera de trochas y desvíos,
y me prohíba volver a cruzar  espacios de agenda
donde sí puedo perder la razón.

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