viernes, 28 de diciembre de 2018

POR UNA NOCHE

CLARO OSCURO
Tengo miedo de perderlo
cuando se atreva a decirme que me ama.
Cuando sus ojos se despidan de los mios por cansancio.
Cuando sus labios no se compadezcan de mis besos y me olvide.
Cuando sus oídos bajen la mirada y no reconozca la voz apasionada
que hay en mi cuerpo, delineada con las discusiones de su silencio y ausencia.
Cuando las lágrimas se conviertan en el refugio de la sordera en el amor.
Cuando su cuerpo ya no me desee, no me reclame, no me sueñe,
y pierda la memoria de mis caricias.
Si, tengo miedo
De ese momento  en que los cuerpos se alejan y se hastían mutuamente.
De ese espacio cuando las argollas del compromiso se pierden
en cualquier lugar por el olvido.
De aquellas frases que adornaban los encuentros alcoholizados por la pasión.
De la perdida de las emociones: tristeza,alegría en el juego de la vida.
De la capacidad de sorprendernos en cada encuentro.
De pintar sin imágenes  desde la penumbra de nuestros cuerpos.
Tengo miedo
De perderme al buscarlo todos los amaneceres después de refundirse
los recuerdo en el olvido.
De no ver lo que los otros ven en el oleo de nuestra existencia.
La censura torturadora en nuestros desacuerdos.
La guerra del desamor camuflado en sonrisas y frases amables
que hieden a frustración y muerte en la insurrección de los amores.
La perversa invasión de la división de nuestros cuerpos oscuros,
entre la vida y la muerte por la enfermedad de no tener memoria ni rostro.
Tengo miedo de convertirme en una exiliada de su cuerpo.
Tengo miedo de tener la certeza de un nuevo comienzo.
Si, tengo miedo.
Pero bueno, brindemos con el cóctel  margarita,
en esta copa bordeada con limón y sal.

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