domingo, 8 de septiembre de 2019

BAMBALINAS


VETE.
No te  atrevas a tócarme con ese gesto
irresponsable que tienen tus labios.
Le tengo miedo a los escándalos
y al club de ajedrez en línea.
Vete por favor.
Me asustan esos arrebatos de cólera donde se pierde la razón.
Llego el momento. Vete.
No logro y no soporto el desespero de mis manos,
en estos renglones de puntajes y estadísticas,
tanta indiferencia, tanta comedia
y esa infinidad de minutos llenos de mal humor.
No más, vete, ha llegado el tiempo.
Tantas veces no sé,
si callar o hablar, no sé qué hacer.
Si, estás aquí espectacular, y si te vas excitante,
y si insistes y te quedas maldición.
Pero estoy enloquecida con este bar sin cantina
en mi existencia,
en este escritorio de palabras sin servicio de barman y camarero.
Con este espacio para cristales y bebidas
que me prohibo para no continuar esta carrera a la locura.
Estoy perdiendo el juicio en este rompecabezas de besos
Incompletos y frases mudas y extraviadas entre mis ojos,
Vete y no preguntes, vete simplemente vete…
Estoy atrapada en este apartamento
que  tiene mi cuerpo encadenado en un invernadero de ciudad.
Le sobrevivo a los aseos y las márgenes,
soy
semillero  desnudando los cuerpos de goma y alquitrán.
No más, de una vez y por todas, vete… vete…

Pero… me miro sin brillo, y no pude encontrarme
en su despedida y su cuerpo de telegrama estaba vacío…
Se fue….

Y yo le respondí… veinte minutos después,
cuando me atreví a cerrar la puerta sin candado…
le musite al viento, es mi cuerpo, es mi cuerpo.
Si, le tengo pánico a este amor que me desborda.
A este enamoramiento de mi piel dentro de mis
espacios que me prohibo dejarte entrar.
A este  escenario
de escándalo de amor, provocación, trago y humo de cigarrillo…
y finalmente
le tengo pánico a esta barahúnda, a este criterio
a esta subversión de emociones que está fraguando mi cuerpo.

Seguidores