WHISKY
EN LAS ROCAS
Esa era su fijación.
Amaba un rostro que
sonríe acompañado de unas piernas largas dormidas sobre delicados zapatos de color, conjugando ese fino tacón puntilla de 17
centímetros amarrados al tobillo con un cuerpo en movimiento. Ella le encantaba
los hombres que quiñaban el ojo y en medio de la multitud lograran desnudarla
con la más dulce de las miradas.
-Había decidido dejarlo
todo, él era el hombre que quería-
Era delgado y tenía un
cabello cuidadosamente peinado y una piel que cambiaba de color cuando la miro
quiñando su ojo derecho desde la esquina de la habitación, habían recorrido un
largo espacio para encontrarla y refugiarse en sus esquinas. Ella era bajita
pero su cuerpo pasado infinidad de kilos estaba delicadamente adornado con su
sonrisa y finos tacones de punta de color azul aguamarina que se enrollaban en
su pierna en espiral.
El silencio del encuentro fue interrumpido por una tarjeta entregada a Ella, con suma discreción por el
mesero.
Abrió el sobre desprevenidamente y al encontrar la foto de aquel hombre
que la había desnudado con tanta elegancia, sus ojos se perdieron en la agonía,
y se atrevieron a derramar una lagrima que empapo la piel de sus senos
delicadamente cubiertos que la desvestían,
mientras le acercaba un whisky con hielo,
con un me gusta usted.
Mientras Él besaba el borde del vaso lo hacía con sus labios y cayó al suelo sin dejar de mirarla.
Afuera la estaban
esperando.