CINCO MINUTOS.
Quisiera escribirte un poema que hable de la ciudad,
de las avenidas del campo
de las noches de sol, lunas, estrellas
Lluvia y tempestad.
De los ríos que se inundan con sus aguas
y de la fauna y flora de las aguas.
De la orografía de tus ojos y la silueta entre bastidores.
Si, quisiera hacerte un poema con la cartografía de tus sombras.
Con el lienzo mágico de tu perfume que huele a tu existencia
entre telones y bambalinas.
A tu vida de arlequín y fantasma de origen callejero
y de juegos pirotécnicos.
Quisiera poderte contar en un poema de los acróbatas
que improvisan y hacen giros al
portador de las tristezas de mi país.
Quisiera poderte contar de aquellos que
mienten y fabrican puertas en la realidad de comedia
mienten y fabrican puertas en la realidad de comedia
y
arte para el juego de la pelota,
que confabulan subsidios sociales a una sola voz,
que bordan pesares de muerte y ruptura,
que confabulan subsidios sociales a una sola voz,
que bordan pesares de muerte y ruptura,
de explotación de canteras y traje de oficina.
Si, allí en el salón
de los juego, de las acrobacias, de los besos y los cuerpos desnudos…
Pero querer iniciar un conversatorio en este tu poema
pareciera una comedia de circo,
de salario mínimo y sueldos de congresistas.
¿Pero cómo podría en un poema de amor
hablarte de esto?
Parece casi descabellado, sin embargo.
Cuando te presiento en mi silencio de noche y de día
te vuelves ilusión de magia
y apareces con ese tiempo que me regala.
Y permaneces ahí con tu sonrisa de porcelana china.
Y permaneces ahí con tu sonrisa de porcelana china.
Y te escucho entre lo cotidiano.
Sobre mi mesa de mantel a cuadros.
En mi cocina,
en mi closet,
en los espacios por donde todos los días camino.
Y cuando no te quiero encontrar entre bastidores
y los secretos de mi cuerpo.
y los secretos de mi cuerpo.
Entonces
apareces en un poema.
Y te escucho en medio de la fauna domestica y la
vegetación
de mi ciudad,
y
te pregunto con voz entrecortada
¿Será posible que me ames tan solo por cinco minutos?...