lunes, 16 de septiembre de 2019

ARCILLA Y MOLDE


DESNUDOS
Vestían a la moda, eran un icono para todos los que los conocían.
Ella acostumbraba llevar una estatura de 1,74 metros, ojos pardos claros, cabello marrón,  piel trigueña  y le encantaba el tono rosa fucsia. Ese día ella sintió el sabor de sus dedos posando su mano en ese profundo escote que llevaba en la espalda invitándola a subir a la habitación.
Resbalaron sus ojos y Ella pudo deleitarse con su pantalón, porque sabía que el secreto estaba en la entrepierna hecho para su cuerpo alargado  con musculatura definida y delicadamente proporcional a su cuerpo que soportaba una camisa cocida a mano de lino blanco que se conjugaba con sus ojos y labios que empujaron la puerta de la habitación hasta quedar completamente desnudos.
Se miraron fijamente y con sumo cuidado y en el más absoluto silencio se volvieron a vestir. Se besaron dándole tiempo a la noche para despedirse y dejar entrar al día. Siendo las 7 de la mañana salieron de los aposentos y se sentaron a desayunar cómodamente. Desde entonces hace más de 30 años se encuentran cada mañana luciendo sus más hermosos trajes y nunca más subieron a una habitación

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