jueves, 25 de junio de 2009

TUS MANOS Y MIS MANOS NUNCA HAN SUMADO DIEZ


LOS OTROS

Había amanecido,
despertando  olores en
su piel cansada,
 parecía de día,  los arboles
dejaban caer lentamente sus hojas.
Era su cuerpo adolorido,
reflejado en el oasis del patio de atrás,
responsable de los
miedos y  viejas mentiras.
La casa de recuerdos,
estaba también dormida,
cuando Él se perdió entre los sueños,
y...
los ojos sin reflejo,
murieron sofocados en la infidelidad.

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