sábado, 1 de enero de 2011

INVERNADERO

SUEÑO Y REALIDAD
Pasear tu cuerpo de bosquejo
y cereza de café,
es adentrarme en tus labios
de musica popular
sin tocarte,
es
besar tu piel de camino fotografico
con la sombra del día.
No eres noche rustica
y aun no eres tarde de jerga,
y  te reconozco entre mis manos
de juego y plastilina,
si, que fácil resulta
después de un tiempo
de formato,
acariciar tus espacios de vertiente
de hoja blanca,
atrapando porciones de recuerdos,
en
tu alma de pueblo de gitanos.
Si, como es que aun no he podido
tejerte en mi vientre,
si te llevo dentro y
no caminas sin mi compañía.
Eres espejo y luz de
días y noches,
aun no mueres, ni vives,
simplemente eres mi sueño
y mi realidad;
estamos como cuando empezamos,
de pie frente uno al otro
y aun no nos hemos dicho
que empezamos
a andar atados a los sueños
paseando nuestros cuerpos
de bosquejo.

INVERNADERO

PUNTO CERO
Como te amo
desde el vértice de este terreno
en construcción,
te siento en la risa
y en la ausencia de los
sueños,
te amo desde el punto cero
hasta el infinito;
eres y seras parte de
cada día en presente
pasado y futuro,
en fin: eres algo mas que las
simples lineas de
la golosa o

cualquier letra del abecedario.
En esta construcción de
filas y escalones
los senderos me dejan
recorrerte, sin tener que
detenerme, te llevo en
todos los renglones de
mi vida cotidiana
y te despierto para arroparme
con tus miedos,
te amo despeinando el tiempo
de los girasoles, y las rosas,
y los puntos suspensivos
de tu cuerpo
siempre agitado,
siempre ocupado.

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