miércoles, 1 de mayo de 2019

POR UNA NOCHE

CARTOGRAFÍA DE UNA NOCHE
Anteayer sentados al borde de un encuentro esquivo,
en una taberna llena de ausencias  y esquinas de barrio,
Ella desnudo  su voz y sus labios con  la palabra,
me dibujo con su pelo despeinado sobre los hombros
y dijo.
Siento que hay un mal entendido entre las semanas
habitando  su mirada y la mía.
Soy una mujer nómade y dividida, por lo mismo invisible a su cuerpo.
Simpatizante de la  seducción, que se teje en la sangre y  se rompe
en esos momentos en  que mi cuerpo solo obedece a su cuerpo
que lo reclama embriagado por el deseo.
Me gusta usted y este  deseo esperando que me vea,
que me invite,
que abra las puertas para dejarme entrar, me enferma.
Me niego a sonreír en una biblioteca de emociones callada,
para parirlas cuando sea autorizada y navegar  a gusto de  los hombres.
Yo interrumpí el monologo.
En eso último nos parecemos
yo tampoco germine en el vientre de mi madre
para navegar a  gusto de las mujeres.
Hubo un silencio  en que le cedi la palabra.
Y Ella que estaba sudando, me tocó  a una distancia prudencial 
con una vieja imagen postal  europea que me gustaba
recordándome, que dentro de su  ciclo no olvidaba, y todo lo recuerda.
Dijo con voz excitada,
mis emociones en  una noche encadenan mi cuerpo y no respira lo suficiente,
y el aroma de su piel se queda entre mis recuerdos
mas tiempo  del que dura un buen perfume.
El sexo está unido al amor, a los besos, abrazos y caricias.
En esta nueva  pausa tome una taza entre mis manos
y mirando a través de la venta se escurrieron mis manos
abatidas por el miedo y el deseo
hasta su espalda y susurre,
 yo soy un hombre de pasatiempos competitivos,
me gusta el placer, habita  en mi piel,
amo el fútbol  y los deportes extremos,
los carros y los trompos de colores,
el mundo de la política y soy ficha de domino entre sus piernas.
No olvide que soy hombre, reflexiono y razono...
No olvide que soy mujer, sensible e intuitiva,
Si, en tiempos como estos yo también como mujer me  miro al espejo
y repaso los momentos de calma,  compartidos y siento
que ya me he olvidado de quien soy.
Hay momentos en que siento que soy una mala imitación de mi misma.
No solo a usted le sucede esto.
Yo también  tengo historias, historias que se repiten y bifurcan.
Discusiones que se apaciguan en medio de los labios de una mujer  y los míos.
Deseos que me asustan y me paralizan con los olores y sabores de un cuerpo de mujer.
La escritura del Autoritarismo y el  sacrificio es la cuerda mágica
de un juego llamado yoyo,
que atrapa con sus hilos las faldas y los pantalones del jugador,
haciéndolos ladrones de la piel como lo hace el  musgo.
De la nada se acerca a la mesa,
eran como las 12 de la noche, un joven moreno de ojos
del color de los paisajes en invierno.
Le  trajo un girasol
que llevaba en sus hojas  esta guerra civil que nos atrapaba.
Y su piel sigilosa se acerca y lo deja sobre sus piernas.
Ella lo miro con la punta de sus muslos y le escribió con sus manos.
Si, soy mujer y los percibo en el limbo de los deseos,
deshonestos y poco  transparentes,
se bañan de mentiras y astucias,
flores y aguas de colonia,
son agresivos  y mujeriegos,
y abrió las piernas para dejarlo caer.
Mirando como el girasol caía despacio,
Y el joven se alejaba.
Le dije,  estamos discutiendo o me parece,
y a ustedes las mujeres  las percibo desde mi
espacio de papel carbón,
obedientes, detallista, cariñosas, románticas
responsables  y mártires.
Si mártires…
y todos los días le preguntan a una margarita si las queremos.
Eran las 2 de la mañana cuando abrí la puerta de mi apartamento.
Y ya nos habíamos olvidado por esa noche.

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