miércoles, 8 de julio de 2009

ARCILLA Y MOLDE/cuento


MANOS DE ALFARERO
Estaban de vacaciones en El Monte Waialeale Situado en la isla de Kauai, en Hawaii. decía el noticiero de las 6 de la mañana ese dia...
Recuerdo que mi tía hablaba y hablaba refiriéndose a ese monte, decía: como siento correr el agua por mi piel... bendito océano pacifico...Allí soplan los vientos alisios del sudeste, que son calurosos y húmedos durante todo el año, escuchen lo que encontré en Internet y empezó diciendo en voz alta, allí es donde quiero ir, oigan...."Los vientos del sudeste se topan con el monte y son forzados a ascender. Al ascender el aire se enfría y se condensa formándose densas nubes que precipitan fuertemente en la ladera desde donde sopla el viento" Monte Waialeale QUE QUIERE DECIR AGUA REBOZANTE. Mi tía había escogido el sitio mas húmedo de la tierra para vacacionar.
Solo contaba y dijo:...ANGUSTIA, TEMOR, O NOSTALGIA, NUNCA SE SUPO, solo puedo sentir las gotas de agua y los paraguas jugando debajo de un viejo árbol que me hacia recordar los árboles de mango de mi tierra, aun tengo el olor de sus hojas cobijando mi cuerpo, todos estábamos recogidos y ninguno quería mojarse ni siquiera un dedo, teníamos que llegar a la fiesta de bienvenida. Volteo su rostro con suave movimiento como si estuviera jugando con la brisa y nos dijo: Era extraño, pero precisamente en el sitio donde estábamos no tenia por que llover, todos sabíamos que estábamos al otro lado del monte y que sólo caen 250 mm de agua por año. Sin embargo a través de las frondosas ramas, el agua tímida y sigilosamente se colaba, se iba apoderando de nuestros vestidos hasta tocar la piel, se sentían sus pies, sus labios, y sus dedos resbalando lentamente, todo esto parecía un espectáculo de caricias sin permiso. Las gotas chocaban entre si, y se oía rasgarse el cielo.
Se hizo un silencio y continuo...Estábamos asustados, temerosos, angustiados, las gotas se cristalizaban. Nunca habíamos tenido la sensación del agua agarrada, trepada, sujeta a nuestros cuerpos, aunándose gotas mas grandes y mas grandes, era una bola de agua que ahora nos empezaba a golpear y a poseer a todos; quisimos correr, pero no sabíamos hacia donde, todo estaba bañado en agua, eran caminos, océanos de agua resbalando por la montaña, como huir, estábamos atrapados.
Sentíamos como el hidrógeno y el oxigeno se conjugaban, se separaban y se unían en la danza de los roces y nos incitaban a permanecer mudos, silenciosos, irremediablemente atrapados, no olía a nada, no había color y había desaparecido el sabor del agua, se había formado un puente de sensaciones entre todos, no había sudor, solo calor.
Hubo otra vez silencio, y su rostro cambio de color, parecía estar reviviendo esos momentos cuando dijo con voz temblorosa... Y... ellas las gotas, nos susurraban al oído, no dejamos de caer en todo el año, pero no aquí, el aire se equivoco y nos forzó a descender... La lluvia se volvió silenciosa, impetuosa, era una fiesta de colores que caía dejando a su paso los colores del arco iris vistiendo nuestros cuerpos desnudo.
Fue un verdadero aguacero, decían las noticias, fue de repente.
La nostalgia de lo vivido, se apodero de los visitantes que jamás habían sentido las caricias de una gota de agua, el calor los atrapo y rompieron el puente... ellos se habían adherido al agua y se fueron en forma de vapor; Solo hay un sobreviviente, terminaba diciendo el noticiero y aclaraban... Para evaporar un gramo de agua se precisan 540 calorías, a una temperatura de 20 °C.

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