COPAS Y COCTEL
Ella era una biblioteca
de encuentros en el sabor.
Los gemelos en esa noche la querían obligar a elegir. Siempre
llevaba puestos zapatos angostos y destalonados, con tacón delgado, logrando
que sus piernas sofisticadas no se agoten invitando a un Cherry Tootsie Pops. Tres
cucharadas de vodka de chocolate, Red
Bull, Granadina.
Solo pensaban en el aroma, sabor y calidez. Se habían
tornado ansiosos, depresivos e
irritables. Discutían sobre las Frutas cono el ananá y la piña, la menta la
canela y la vainilla, bodes desnudos de azúcar, sal en concentrado de cereza y
espirales de cascara de naranja, todo estaba listo. Esa noche era de compromiso, pero… la bienvenida, un Coctel margarita, tequila y
sumo de lima… y el Cosmopolitan que llevaba jugo de arándanos que le
encantaban.
Ella, llevaba
un vestido de brocados en seda lila, a la altura de la rodilla que conjugaba el
decorado con sus ojos delineados suavemente de
negro. Sus labios rompían las reglas de la seducción, entre el
maquillaje, el estilo y la boutique, y
su calendario de encuentros se capacitaba con su rostro de piel trigueña y mediana estatura que la saludo con un buenas
noches, sal y pimienta para el Bloody Mary. Se leyeron los
cuerpos mientras entregaba su bolso caja, de infinidad de tonalidades y sombras
que no despegaban sus miradas. Se observaban, se habían atrapado. Ella sugirió con una insinuante mirada académica; mejor Pisco
Sour punto exacto para
los dos: Pisco, jugo de limón, hielo y clara de huevo. No
me gusta el tequila y los arándanos.