miércoles, 10 de abril de 2019

POR UNA NOCHE

4:28
¿Que estará haciendo
pregunte a las 3 y 50 de la tarde?
El sol abrigaba la ventana de mi comedor
y las sombras iban poseyendo lentamente al día
sin quejas, ni lamentos.
Las manecillas del reloj caminaban segundo a segundo,
y esto sumaba en el tiempo, horas que se comían al día,
y
desaparecía el claro oscuro del sol.
Y todo
entra a caminar bajo los destellos  de un nuevo amante que remplaza la luz
de la jornada,
y se establece en el vientre de las tinieblas.
Y me pregunto,
que estará haciendo ahora,
ahora que miro a través de la ventana,
y el calor de la tarde me obliga a desvestir mi cuerpo
de ese
vestido combinado con la locura del azul verde 
y blanco,
vendido al mejor postor, por tan solo 10 mil pesos
que se vuelven a gratificar en su ausencia,
cuando sin permiso se lleva a la lavandería con tiempos rotos.
Y así queda desnudo mi cuerpo para
volver a facturar por mi cuenta y riesgo esos,
los mismos 10 mil pesos
de un obsequio de pasiones y sombras.
Y así, mantiene en mi ropero con las nuevas esperanzas...
Pero vuelvo a mi interrogante
y pienso que está haciendo a esta hora.
Estará
su cuerpo resguardado en sus pasiones.
Sus labios prohibiéndome besarle.
Y su cuerpo huyendo de mis manos transeúntes,
colgadas a una mochila indígena repleta de historia de una tierra que
huele a historia, como me huele su cuerpo de
piano y tierras asfaltadas.
Se sentirá
encarcelado  en la ciudad
donde hoy no puedo tocarle con mis ojos despiertos,
en esta tarde repleta del  calor de su cuerpo de letras,
corbata y  vestido de paño.
Podrá
querer estar oculto con una vieja bata blanca
aplazando encuentros…
Son las 6 de la mañana y aun quiero saber  que estará haciendo...

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