lunes, 22 de julio de 2019

ARCILLA Y MOLDE


LA FOTO.
Oro blanco y rosa era la argolla de compromiso que solamente tenía la dirección del email…
Las ventanas y  puerta de su habitación siempre permanecían abiertas. Aprendió a tocar  flauta, Jugaba en línea ajedrez, bebía, comía solo y trabajaba desde su pieza. Las personas lo atemorizaban, se sentía observado, no le interesaban. Hacía más de 30 años que no dejaba el dormitorio. La escuela era la responsable,  lo habían apodado ojo de piña, porque tenía unos ojos inmensos de un color café intenso que parecían ocupar todo su rostro. Realmente eran inmensos. Se había graduado de bachiller y ahora era un brillante matemáticos condecorado. Se le había agudizado el pánico a las personas, excepto a su mamá, la única que podía entrar en la alcoba. La tecnología lo había habilitado con el mundo y se había comprometido a través de un contrato por redes sociales,  colocando en su perfil  una foto de su hermano que le tenía un miedo irrefrenable a las mujeres.

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