lunes, 31 de diciembre de 2018

POR UNA NOCHE

DÍAS DE DÍAS
Hay días en que quiero adormecerme entre tus brazos en los rincones de mi habitación.
Hay días en que quiero ver television en tu compañía.
Hay días en que quiero cocinar, barrer, aspirar, lavar y  planchar con esas viejas planchas que se calientan al fuego.
Hay días en que quiero que hablemos en el sofá de la sala comiendo palomitas de maíz.
Hay días en que quisiera bañarme contigo, bajo la misma regadera y en tiempos iguales..
Hay días en que deseo encontrarte el lunes, el martes, todos los días de la semana.
Hay días que quiero ir al cine caminado las calles tomada de nuestras manos.
Hay días de parques, mazorca al carbón, empanadas y fritanga en las calles de nuestra ciudad.
Hay días en que quiero ver nacer la luna sumergida en tus montes y laderas.
Hay días llenos de atardeceres y madrugadas que quisiera inundar con tu cuerpo desnudo.
Hay días parlanchines, con cielos azules, cielos poseídos por nubes de agua,
días agitados por las compras y los regalos, el supermercado,  la tienda de la esquina, los almacenes de ropa, la escuela, la universidad, el trabajo, las clases,
y esa presencia tuya con rasgos de fascinacion cuando nuestras  voces se encuentran al anochecer.
Hay días de obsesión, donde no me gustas, me fascinas, me enloqueses con el encuentro de  tu pelo, tus ojos, tus cejas, tus labios, tu cuerpo desnudo y hondulante despojandome de mi cuerpo, tus manos, tu voz,  y esa compañía que me aleja del mundo donde no te puedo encontrar.
Hay días que no se repiten nunca, y es el día en que por esas cosas de la fortuna,
nos empezamos a descubrir entre la multitud.
Hay ese otro día irrepetible en que entramos en la memoria y los recuerdos del otro para habitarnos para siempre.
Hay días totalmente desnudos de pasiones en que desearía en mi cama recorrerte con mi mirada, sin tocarte y solo verte dormir sin entrar en tus sueños.
Hay días que se surcen con momentos de mimos, besos, miradas, suspiros, mensajes de texto abrazadores y sonrisas jugetonas.
Hay días en que quisiera que usáramos la misma llave y la misma puerta para cada llegada y despedida.
Hay días pintados de cotidianeidad que quisiera acaricias contigo.
Hay días de días,
pero es bueno aclarar que estos días no siempre se repiten.

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