Soy origen
cuando me gusta repetirme desde su cuello
hasta jugar a perder dentro de mi cintura,
hasta jugar a perder dentro de mi cintura,
caminando mis ojos resbalan
por su cuerpo de ermitaño
y se queda su sexo detenido entre mis piernas.
Soy origen creador cuando
y se queda su sexo detenido entre mis piernas.
Soy origen creador cuando
pienso en la humedad de sus paisajes y revistas sin códigos,
hasta llegar a ser una gran desconocida
dentro del vientre
cotidiano del parto de los días.
Soy una esquirla de porcelana sin cabeza
después de los almuerzos,
juego a tejer y destejer
con sus labios encuentros
cósmicos con ternura de hojas
y carteros que huelen a mensajes,
mensajeros colgados en hilos y abrazos de museo
y memoria.
Soy relato antiguo
en el desorden de mi
existencia,
entrando a la orillas de mi
locura,
me falta la fe cuando en mis alucinaciones,
su desnudez camina con la mujer en el jardín,
con sus pieles alargadas hasta los muslos
sosteniendo en sus cuerpos de pocillo,
puertas y ventanas
por donde se deslizan sus cuerpos.
Dejo de ser, en este instante,
deliro y alucino,
deliro y alucino,
no hay pasado en
mi piel repleta de laberintos,
deseo y provocación en la convulsión de un orgasmo
envasado en sombras
de colores infinitos
que no me pertenecen. Solo me falta la fe.
En ese momento,
En ese momento,
mi cuerpo colonizado por sus gemidos
tocan sus manos al
rosar las mías
y los hoyos y cascara de mi cuerpo gelatinoso se mueven
al compás
del saludo mágico de mundos de la fantasía.
Reconozco
Reconozco
en el origen del universo sus raíces
nadando muy despacio
los mares, y los climas del planeta
de mi sexo desnudo tirado sobre la cama,
de mi sexo desnudo tirado sobre la cama,
pintando con Acuarela, litografías, márquetin de ofertas,
besos de encomienda y sollozos
despiertos en nuestras pieles desnudas en la sábana blanca de los encuentros.
Soy una mujer celosa que siente los fantasmas.
Soy una mujer celosa que siente los fantasmas.
Y quedo al amanecer a la sombra de las eternas despedidas,
despedidas convertidas en tiempo de pausa y de recreo,
despedidas donde las Hilanderas de amores, pesadillas y manías
me ayudan a construir nuevos trenes y caminos de
girasoles
con luces y sombras de las más famosas del mundo.
Quedo sola
Quedo sola
con su desnudez de lluvia de caricias que vuelvo Tarjeta postal.
El, posa desnudo detrás de
la ventana de los deseos.
Y así continuo naciendo en medio de llegadas y ausencias en medio
de colores diluidos...
Y así continuo naciendo en medio de llegadas y ausencias en medio
de colores diluidos...
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