domingo, 6 de febrero de 2011

INVERNADERO

TIEMPO DE PIZARRA
616 - MARÍA DE LA MAR















A tiempo o a destiempo
te llevo en mi vientre paseando
por las calles de mi ciudad.
Te atrapo con las sombras magicas
y populares de los pueblos,
anidadas en mis manos de luz,
enfermas de amores por tu
cuerpo de aficionado y principiante,
dormido entre los colores del almendro y el cerezo.
A tiempo o a destiempo,
acaricio  tu cuerpo delineado por las sombras.
Mis manos te conciben,
te reproducen en el lienzo poseido
de  oscuridad y  luz,
sombras huyendole al
peligro de amarte eternamente
y pienso....
...Si tuviera los años artesanales 
que no tengo, probablemente
no nos hubieramos visto en los
parques de las ciudades y pueblos,
de pronto ni siquiera hubiera
podido oler tu piel de aroma y estacion
guardada  en caminos que jamas
hubiera podido andar,
jamas te hubiera presentido
mi piel en los silencios
y no podria llamarme analfabeta de tu cuerpo,
probablemente, a mi gusto o a mi
disgusto, abria otro en tu lugar
o simplemente no habría nadie
y entonces
no existirian  poemas, no sabria 
que hacer entonces sobreviviendole a la
nada.
Por eso  he pensado,
bueno es, no tener la edad historica
que sospecho deberia estar entretejida,
entre numeros y paisajes
para atraparte en mis ojos
por vez primera.
Si hubiera llegado a tiempo
 las palabras no se escurren
coloreando las sombras con
esto de los amores,
si hubiera llegado en el tiempo
de los estudiantes, dejaría
 lineas paralelas en la distancia
y
no hubiera sido capas de amarte
como lo hago ahora, a destiempo,
no habria historia
 para el reposa de los
cuerpo en el encuentro de las edades,
el tiempo seria el aliado del olvido
y el camino mirandose no encontria
nuestras huellas.
Lo confieso,
estas en el punto exacto,
a la entrada de mis espacios en blanco
ocupando los renglones de mi vida;
aunque no pertenezco a esos amores
llegados a tiempo,
ahi adentro  llego a destiempo y me
permito  ser flor de almendro y
fruto del cerezo,
ahora tus piel duerme en las calles
de mi vida en esta escuela de
aprendizaje, calcándose tus manos
pequeñas en mi cuerpo de pizarra
y damas chinas.

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