sábado, 27 de agosto de 2011

INVERNADERO

LA CITA
Como me gusta llegar tarde
cuando se que no vendrás.
Cuando tengo la certeza
de no encontrarte.
Me gusta llegar tarde
cuando la cita no es para mañana
y sin embargo mi piel sonríe
bajo mi blusa blanca.
Te recorro buscándote en la linea
recta del roce de tu piel al caminar
y el olor de tu corazón se pega al mio
cuando pienso que estoy llegando
tarde.
Y lo se. No vendrás,
es la razón por la cual llegare tarde.
Se que aun no te has decidido
a encontrarte conmigo bajo la sombra
de nuestras manos cerradas.
Si, me gusta llegar tarde.
Entonces quedo idéntica.
Tomo un café y espero que llegue el momento
de marcharme y me voy cansada.
Enebro con los sueños tejidos en el bolsillo
de la mochila tu rostro
y quedo tranquila, sin división,
se que mañana llegare con el reloj
de las arenas del desierto.
Pienso la disculpa por distracción
y no me preocupa el lápiz de apuntes.
Es fácil disculparme en muestro tiempo de
mecánica clásica, se
que no hemos de llegar a ninguna hora.
Lo verdaderamente importante,
aun no lo hemos descubierto.
Estamos refundidos con el
hilo de Ariadna.
Desvestimos pirámides de arena
y caminamos los mismos andenes
sonrientes, y al terminar la jornada
no decimos nada,
sabemos que no llegaremos a la cita.

Seguidores