lunes, 26 de marzo de 2012

INVERNADERO II (Lapislázuli)

SIN LETRAS
Hace días que no tengo espacios
para tocar tus imágenes y calles.
Hace días que tu cuerpo no dice nada
y mis manos distraídas caminan tu desnudez.
Hace días que los silencios quietos,
pertenecen
a  un tiempo diferente, perenne.
Es  tiempo convexo.
Es  tiempo arqueológico,
sin imágenes,
quieto, viejo,
histórico...
Hace días que el rincón de tus pupilas
prehistóricas, agonizan en las hojas
de un pasado sin recuerdos.
Hace días que estamos llenos de otros tiempos,
de lugares que balbucean dibujos de laboratorio,
espacios de letras y frases escritas,
perdidas.
No, ellas están refundidas,
no, NO  puedo leer... no te encuentro
en mi vientre,
ni en la redondez de mi piel.
Ahora  ágrafa entre sombras,
la tinta del lápiz se pierde
entre mis riberas y puertos, la sangre
de tus venas en mi cuerpo de alpinista,
no entiende,
no copia en aguas saladas
la belleza  de cerámica
pintada,
sin tus manos,
sin tu imaginación de puentes,
sin el borde de tus labios paralizados
por la ausencia de las caricias...
En este encuentro de vértices
y lineas de pasillos, no hay explicaciones,
el paso de paginas
acalladas entre libros y círculos,
reglas y relojes se desmoronas entre
tus muslos acariciados por el calor del día.
Y mi cuerpo de marioneta e hilos,
hace días se dice entre bambalinas:
lo verdaderamente extraordinario
es que todos lo sospechan menos Ellos,
Ellos que son ecuación algebraica,
Ellos los que se repiten el eco del túnel,
comunicación de puntos
en el sonido del violín,
las nubes y el viento solar,
y todo no les causa tanto
calor como la ausencia de  los encuentros
a la entrada de cualquier
esquina de soles naranja.
Y yo entre sabanas y...
Ausencia de mis hojas en blanco.
Y ahora los días no los puedo escribir,
no hay grafías, silabas, diptongos  para
deletrear, no hay una sola palabra con
sonido
que quiera salir de su escondite,
todas están en protesta, hay huelga
y yo aquí sin poder decir nada,
no pienso nada, solo te veo en papel borrador
y volteo la espalda de lineas oblicuas
y camino sobre cristales que no reflejan
y al salir encuentro que la puerta sigue abierta
y tu allá y yo acá
y nadie dice nada
y la hoja sigue en blanco
¿Por cuantos días?
Yo tampoco lo sé......
Dicen que hasta el día de noche
en que acabe
la huelga, entonces, Ellas saldarán del
escondite de construcción subterránea.
Es  un tiempo diferente, perenne.
Es un  tiempo convexo y de algoritmos,
es un tiempo de espera y hojas en banco
y esquinas de soles naranja....

martes, 20 de marzo de 2012

LAPISLÁZULI -PARTE II ( Invernadero) -

DE PAPELES
Me gusta mirarlo detenidamente.
Me gusta sentir sus ojos en mis manos.
Me gusta ver caminar
mis ojos por su cuerpo de trampolín.
Me gusta resbalar despacio hasta sus muslos
de piel blanca expuestos al viento solar.
Me gusta determine en la mitad de su cuerpo
y seguir con mis oídos
la música de sus labios murmurando
frases de  propagandas viejas.
Me gusta bañarme con
la linea recta de su piernas, sentadas
a la espera de quienes callan en
silencio y de los que hablan con
el tiempo.
Si, me gusta recrearme en su piel
desnuda de bordes y pendientes.
Me gusta imaginarlo desnudo por la brisa
de la mañana.
Me gusta quedarme cuando se va.
Me gusta ese silencio misterioso de sus silencios.
Me gusta la ciudad donde habita su cuerpo.
Si, me gustan sus estrechas avenidas
y los campos sembrados de hojas escritas
en tinta y plumas de colibrí.
Me gusta cuando no me inspira y debo
dejar de escribir.
Me gustas cuando le miro y mi cuerpo
no responde, y todo esfuerzo huye, no
se deja atrapar y la hoja queda en
blanco, esperando ese día en que pueda
volver a verle.
Me gusta hacer el intento de encontrarlo
en mi  piel.
Me gusta su caminar pesado y olvidado
de mi presencia de pizarra.
Me gusta cuando no me mira y
permanece distraído, y los postigos se
cierran
y dejo de existir en los días del calendario.
Me gusta cuando las puerta y las
ventanas no se abren para recibirme
y mi rostro se borra de su memoria.
No existo en el rompecabezas del
crucigrama de la mesa de cuatro patas
y quedo ahí sin terminar.
Si, así me gustan esos dias en que tengo
que recordarle mi existencia,
mi nombre y el agua golpeando la ventana,
y vuelvo a caminar entre paredes
y viejos retazos de recuerdos.
Me gusta cuando no estoy caminando
a su lado y dejo los dias a mis pies
para buscarle entre mis envejecidas
fotos.
Si, me gusta saber que en la nada
absoluta,
mi existencia  borra palabras
amarillas que se recogen en pocillos
con  la mitad de mi cuerpo.
Si, me gusta hacer el esfuerzo
por  recordarlo subiendo entre hojas
de papel carbón.
Si, me gusta poseer
la mitad de su cuerpo...

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