sábado, 24 de marzo de 2018

LA CALLE DEL SILENCIO

RECOBRAR
Que sus manos
no se desprendan
de esta apaciguada piel aropada por los olvidos.
Que sus ojos no resbalen
por el cuerpo sin mi permiso,
y que sus labios se detengan
entre bambalinas en el camino que lleva
hasta la desnudes del cuerpo
caminante, mi cuerpo, extraviado entre calles y
barrios pintados de puertas de infinidad
de tonalidades.
Que sus manos no se desprendan
a pesar de la voluntad de no quedarme
en este cuerpo alquilado
al olvido y a las alucinaciones.
Que no se vaya y me permita quedar desmoronada
en las esquinas de su estancia.
Que no se vaya
que no quiero aprender aun a ser sobreviviente
de las madrugadas sin su presencia.
Que no se vaya
a pesar de querer que mis manos
se desprendan de los paisajes coquetos de su rostro,
rostro que se adhiere a la antesala de mis
mariposas de colores
inundado el cuerpo, mi cuerpo,
con el sonido de tiempos  de madrugada.
Que no se vaya
aunque lo se de memoria,
aunque tengo la certeza de que no me pertenecen
las lunas, las estrellas y soles
de sus días.
Que no se vaya
que desvista el paso lento de mis imágenes
y sin vergüenza deje que mi ropa bese los adoquines
de estos lugares prohibidos.
Que no se vaya aunque sepa
que el tacto de su existencia tiene prisionero mi cuerpo
enloquecido por el brillo suave de sus pasiones
caminando a hurtadillas entre los días
y las noches,
 esperando el próximo encuentro.
de calles y avenidas inundadas de transeúntes
y mendigos en  esta ciudad
de pájaros azules..

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