jueves, 19 de abril de 2018

LA CALLE DEL SILENCIO

AME O POEMA
Hoy es un despertar tranquilo de briza fría,
de pijama en la cama
y de besos que le sirvan de calefacción al amor.
En las montañas a lo lejos se deja ver
salir el sol y la pradera
queda desnuda de la noche.
El grito de la ciudad y los bostezos
de esta parte de la ciudad
despidiendo el alba con saludos,
y mamás cocinando el chocolate sobre fogones de leña y carbon
le recortan a la distancia el tiempo
y me permito saborear su cuerpo cálido dormido sobre el mio.
Sin bares, cantinas y mujeres en el humo del cigarrillo,
este amanecer charlatan
se presagia y se deja reflejar en sus ojos de cordillera
esa capa blanca que desnuda despacio
con esas manos que se entretejen
con el olor a aguapanela caliente
y queso campesino
y el paso despreocupado de esta
madrugada, que me invita a saborear
el color de su piel resguardada en su pijama
olvidada de la agricultura de los fríos.
Sentir el murmullo de nuestros silencios,
y el sabor de la comida con olor a leña
en el desorden de esta habitación vestida
del cansancio de las sombras y la alborada,
me obliga,
abro la ventana y entran todos los amores de la comarca
que han dejado solos en sus camas
abandonados a su suerte.
Se vaticina en esta mañana tranquila
donde se oye estornudar la tierra
y el canto de los pájaros
profetiza  que podemos resfriarnos si no nos abrazamos.

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