LA COSECHA
Hay momentos
en las calles rurales de mi ciudad
en que las palabras han madurado y juegan a engañar,
a mentir y finalmente a besar en línea recta.
Todo son tiempos especializados
de recolección.
Si, se besan siembra de semillas con abrazos indeseables
a sus hijos,
a su esposa y al perro.
Se gesta entre palabras ortográficas y mala ortografía
los saludos prevenidos del vecino
y del mendigo que
nos invita con su mano temblorosa a la huida del desencuentro.
Las palabras tienen diferentes disfraces en labios
diferentes.
Hay diseños de tiempos ahuecados para la recolección.
Bocas ocupadas en cantinas y burdeles con rostros
diferentes
a aquellos, los de antes.
Diferente es la palabra de moda de una habitación a otra.
Diferente mi abuela, de mi mamá y de nuestros hijos.
Diferente los días del ayer, a los de hoy y su música,
sin dejar de morder el sin sabor de un mañana,
sin besos desasiéndose
entre las caricias de cerrojo y callejones angostos.
Diferente tus ojos de ayer
cuando se incrustaban en mi vientre,
a los de hoy ,muertos y olvidados.
Mañana, epilogo de frases en la indigencia y la penuria.
Habremos los dos, perdió la visión del encuentro.
El rose apasionado del
calor de las pieles oliendo a deseo
entre el ruido y los alaridos de la piel.
Hoy tiempos de recolección y escasez.
Recogemos desechos de una cosecha de sonrisas divididas,
Llantos que germinan entre páginas de diccionario y su
significado.
Hay siembra y embalaje de instantes que se prolongan en
mis poblados
y todo se
reproduce con un bis de aprobación.
Andamos con los bordes del vestido hilvanando
entrevistas y sombras de infinidad de aromas
en tiempos de cosecha,
exportación e importación.
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