jueves, 29 de agosto de 2019

CONTRA EL MURO


LA COSECHA
Hay momentos
en las calles rurales de mi ciudad
en que las palabras han madurado y  juegan a engañar,
a mentir y finalmente a besar en línea recta.

Todo son  tiempos especializados de recolección.

Si, se besan siembra de semillas con abrazos indeseables a sus hijos,
a su esposa y al perro.
Se gesta entre palabras ortográficas y mala ortografía
los saludos prevenidos del  vecino
y del mendigo  que nos invita con su mano temblorosa a la huida  del desencuentro.
Las palabras tienen diferentes disfraces en labios diferentes.

Hay diseños de tiempos ahuecados para la recolección.

Bocas ocupadas en cantinas y burdeles con rostros diferentes
a aquellos, los de antes.
Diferente es la palabra de moda de una habitación a otra.
Diferente mi abuela, de mi mamá y de nuestros hijos.
Diferente los días del ayer, a los de hoy y su música,
sin dejar de morder el sin sabor de un mañana,
sin besos desasiéndose
entre las caricias de cerrojo y callejones angostos.
Diferente tus ojos de ayer
cuando se incrustaban en mi vientre,
a los de hoy ,muertos y olvidados.

Mañana, epilogo de frases en la indigencia y la penuria.

Habremos los dos, perdió la visión del encuentro.
El rose apasionado del  calor de las pieles oliendo a deseo
entre el ruido y los alaridos de la piel.

Hoy tiempos de recolección y escasez.

Recogemos desechos de una cosecha  de sonrisas divididas,
Llantos que germinan entre páginas de diccionario y su significado.
Hay siembra y embalaje de instantes que se prolongan en mis poblados
y  todo se reproduce con un bis de aprobación.
Andamos con los bordes del vestido hilvanando
entrevistas y sombras de infinidad de aromas
en tiempos de cosecha,
exportación e importación.

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