martes, 21 de junio de 2011

INVERNADERO

PIENSO
399 - MARÍA DE LA MAR
















Cuando mis manos están cansadas
pienso en ti,
cuando todo parece desaparecer
pienso en ti,
cuando no éxito en los sueños
pienso en ti,
cuando camino distraída con dolor
en la palma de mis pies
pienso en ti,
cuando los amaneceres no son como yo lo he soñado
pienso en ti,
y cuando aprendo a aceptar que nunca me amaras
pienso en ti,
y cuando pienso en ti,
te veo callado y silencioso,
cerca y lejos de mis recuerdos de agua,
entonces me encuentro con mis
mejores recuerdos
y vuelvo y pienso en ti,
veo  niños jugando en el parque,
hombres y mujeres de trabajo arrastrando
los pies hasta llegar a la gran montaña,
gerentes, obispos y   gentes
de poder sentados en las
alas de las mariposas amarillas,
veo en tus ojos elevados y callados
pisos encerados
con la injusticia y  frases lapidarias
escondidas en el periódico de la mañana,
y sin esfuerzo  pienso
en ti.
De repente, sin darme cuenta, sin que yo quiera,
mis manos se encogen sobre
el vientre y
PIENSO EN TI una vez mas.
Te alejas entre murmullos y
pieles tapizadas,
niños con hambre y mujeres
cantoras abrazando tu cuerpo
y no dejo de pensar en ti.
Estas en tiempo de juego del trompo,
en la melancolía de mi piel de semilla
y no dejo de pensar en ti.
Te has tornado vientre y sudor,
excusa y cartelera de tienda,
burócrata e interlocutor de silencios
y sin embargo pienso en ti.
Hoy precisamente hoy que tengo
la certeza de morir entre
mis brazos pienso en TI.

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