viernes, 17 de mayo de 2013

LAS PASTILLAS PARA LA TRISTEZA -PARTE III ( Invernadero) -

NOSTALGIA
Abrió la puerta y lo
sentí caminando despacio por
el tejado de los viejos caserones.
No pude ver en sus ojos de hospedaje

PROPIEDAD DE MARIA DEL MAR 2013
mis ojos de fin de semana,
estaban guardando sonrisas,
estaba el infinito pintado en su
rostro de mis amores de crucigramas,
su mirada estaba
dormida, resguardada
en los escaparates y en las sabanas
aun calientes de la madrugada.
Entonces sentí, NOSTALGIA de
sus ojos de melcocha y juegos
de sabor a panela.
¿Quise encontrarme con su mirada?
subiendo las escaleras y los pasillos,
tuve nostalgia de esos días de ventanas
y zaguanes...
los traje despacio, oliendo a café
y tardes de espera
y  encontré EN su rostro callado,
silencios
enmudecidos y lo ame.
Hubo el desencuentro de los
colores del arco iris.
Me sentí sobreviviente
busque y no  encontré esa viejas
avenidas iluminadas con el borde de
sus ojos andariegos,
cómplices voluntarios de  sonrisas
rectangulares
y de  andenes que llevan espejos
y sueños en sobres de encomienda.
Se detuvo mi piel en su cuerpo y
desde esa mañana, lo traigo roto entre
las cuerdas de la guitara clásica.
Su voz
adentrándose en despedidas de encuentros
y sus ojos lenguaje de jugueteo que no dice nada
se quedan en el sofá de Freud.
Y... debiendo la terapia
entonces lo recorrí sin apuro,
sin el rencuentro de su cuerpo
y continuamos sentados en el trabajo de
idas y venidas.
La voz sonaba a un gusano de seda
mariposas amarillas,
y mi cuerpo se encogió entre mis
manos
y lo volví a ver caminante sonriendo
ENTRE caricias desnudas de restaurante y fiestas
de relojes y tic tac,
el cuerpo no quería continuar,
estaba detenido,
miraba, sentía su mirada errática,
se había alejado
entre el desayuno, el almuerzo
y las voces que le llamaban
para terminar las horas del día.
Y su mirada la extrañaba, la sentía perdida,
me dio por sentir celos de historia y
hamacas de amarillo y verde
en la madrugada y en la
despedida y en los encuentros de cortina
y persianas de madera.
Estaba tan silenciosa MI PIEL
que no encontraba sus labios
y la respiración estaba quieta y yo
continuaba mirándole
a través de la linea recta de sus ojos, detrás
de la pista de los caracoles
y el ruido de las olas del mar.
Sus ojos de  nostalgia
miraban descuidadamente entre aguas saladas,
como si quisiera encontrarlo entre mi piel
de almohadas y sobre cama,
mirandome  a escondidas
disparatadamente, y tuve nostalgia
del color de su mirada
y del brillo de sus labios...
De sus silencios de tejido de
penelope y de esas tardes
arrinconadas entre mi piel y la suya.
Sin que me diera cuenta
quise encontrarlo en las esquinas
o en el bolsillo de su pantalón
o en el borde de sus manos,
a través de la ventana y en el rayo del sol
al atardecer,
quise sentir que algún día me necesitara,
pero no  logre conseguir su mirada
en el ruido del alba y el juego de las sombras,
no podía leerlo, era ágrafa, no entendía,
estaba y vestía mi cuerpo sin sus ojos,
perdida en otras frases y
sin el estruendo de su mirada,
y fue así que la nostalgia de sus ojos
no se iba con  la noche, lo despedí y
quede en la sala de espera y mudanza;
lo amaba por siempre entre rendijas
y caballitos de mar, rosas de infinidad
de colores y días de acuarelas,
relaje mis ojos en los suyos...
Y...  los encontré andando entre
habitaciones llenas de gente de círculos
y abrazos.
Llegaron y pague la consulta
y deje todo para el próximo encuentro en el sofá.
PROPIEDAD DE MARIA DEL MAR 2013
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